En los últimos meses se ha desatado una explosión de temas en cultura de cancelación, y es un tema al que le he estado dándo vueltas.
Hace no mucho, se canceló al personaje Pepe Le Pew por normalizar el acoso. La verdad siempre me pareció un personaje detestable, nunca lo categoricé como "acoso"- quizás por no conocer el concepto- pero ciertamente me molestaba mucho su actitud con la gatita.
La verdad es que yo no estoy a favor de la cultura de la cancelación como se está haciendo, esta cosa de querer "eliminar" lo que está mal - no detener, eliminar- me parece absurda, porque lo cierto es que conocer la historia es necesario, el contexto. Yo soy de la idea de que lo correcto sería buscar fomentar el juicio crítico en los niños, en las personas. Un buen ejemplo es Disney, en su plataforma de streaming cuenta con todas las películas clásicas que están llenas de estereotipos, estigmas, y cosas que ya no son vigentes; pero no las eliminan, por el contrario, hay un disclaimer al inicio de la película diciendo que si bien esos valores ya no son actuales, las conservan por su valor histórico que va más allá de los valores ahí representados.
Otro caso fue el de un maestro de la UP, universidad de la CDMX, en la que el 9 de Marzo decidió que era buena idea cerrar la clase dándo la tarea y despotricar en contra de que las mujeres que pararon con motivo de "Un día sin ellas" y las protestas del Día Internacional de la Mujer.
Fue muy curioso porque resultó que ese maestro hace unos años lo fue para una de mis mejores amigas, y ella decía "bueno es que siempre fue así pero era un maestrazo"; y es que justo ahí está el problema:
Nosotros y nuestros papás fuimos educados para "aguantar", por lo que fuera: por necesidad, por que "valía la pena", porque no quedaba de otra, por no buscar problemas, por miedo, etc. Y si bien, considero que a partir de nuestra generación se empieza a hacer un cambio porque aguantar ya no nos es suficiente, gran parte de nuestra vida actuamos con miedo, ¿por qué hablo de esto?
Porque me llama mucho la atención el término de "Generación de cristal", muy de moda para descalificar a la gente que ya no quiere solo seguir aguantando. Es un tema con muchas aristas pero mi pregunta es: ¿en dónde se dibuja la línea entre aguantar y ser demasiado delicado?
En lo personal me da mucho gusto que nuevas generaciones no se dejen, que se atrevan a exponer a ese tipo de personas y situaciones que son inaceptables; debo admitir que en mi vida personal en muchas ocasiones he sido calificada de problemática por no dejarme y es que esta cosa de agunatar sin duda es muy mexicana, cualquiera que no "aguanta vara" es marica.
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