La semana pasada empezamos a ver la teleserie de Netflix "Coisa mais Linda", como resultado de la recomendación de alguien. Sin muchos spoilers, cuenta la historia de 4 mujeres brasileñas a inicios de los años 60s.
Al margen de mi opinión de la teleserie (que recuerda a momentos a "Las Chicas del Cable") hay un tema que se toca en varios episodios y es el cómo el alcohol - entre muchos otros- era un tema de hombres y para hombres. Es importante recordar que el consumo de alcohol se abrió a las mujeres hasta principios del siglo XX, pero claro que no fue una apertura de par en par, se ha hecho siempre con una carga discriminatoria. Desde la obligación de la mujer a siempre atenderles sus tragos al hombre, cuidarles las borracheras, tenerles bien llena la cava y otras cosas como que al servir una bebida alcohólica, a las mujeres se les sirviera una porción de alcohol menor, o bien que se les ofrecieran cocteles soft, tipo piñas coladas en vez de un whisky en las rocas.
Entre otras cosas porque el alcohol engalana a los hombres, los hace ser más poderosos, más rudos, más hombres...pero la mujer que bebe está llena de estigmas: las mujeres "no pueden aguantar un buen alcohol"; la mujer que bebe no puede ser de buena madre, buena esposa, buena hija; la mujer que bebé seguramente se vuelve una puta.
Este sesgo de género sigue muy presente, muchos hombres creen que una mujer decente no puede - no debe- saber de alcohol (cerveza y/o destilados), de marcas, de la calidad etc y que por ende no vale la pena desperdiciar "un buen alcohol" en una mujer porque seguramente no lo apreciará.
Ayer ,en pleno 2020, me tocó escuchar el siguiente comentario en un Oxxo:
- "...por eso voy a comprar un Smirnoff para las viejas, y un Dobel para bebérmelo yo"
WTF, empecemos por lo obvio, el precio. No parto del tipo de alcohol, porque ambos son destilados pero el vodka Smirnoff cuesta unos $200 pesos y el tequila Maestro Dobel (dependiendo el tipo) ronda los $500-$700 pesos. O sea... dude WTF?
El mirrey consideraba que las mujeres no eran dignas de una botella de Dobel, ni de beberlo, ni de que él hiciera un inversión mayor en el alcohol que iban a beber "las viejas"; por supuesto que ninguno de sus amigos lo corrigió, porque el comentario era sin dudarlo un lugar común.
Se me hace muy cabrón cómo este tipo de comentario sigue tan vigente en la sociedad supuestamente con un poco más de acceso a la educación, y sobretodo, que creo que es un comentario que de lejos se hubiera atrevido a hacer frente a las viejas" de las que hablaba.
En fin, uno de tantos micromachismos con los que vivimos en México y el mundo.
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