Tengo tres perros.
D y S me acompañan desde hace varios años, M es más reciente, casi dos años de ser familia. Mi relación con cada uno de ellos es distinta:
D llegó en un momento en que yo sabía que podía hacerme cargo de otra vida, ha sido difícil. Luego, la vida nos ha puesto a prueba, además D tiene una peculiaridad, y es que no sabe convivir con otros perros que no sean los que yo traigo a casa, se ha intentado de todo para que los paseos puedan ser tranquilos pero nada ha funcionado. Así que toma un poco de preparación mental previa al paseo, porque ya sé que si nos encontramos con otro canino tendré que reunir todas mis fuerzas para detener a su demonio interno, cosa que no es sencilla cuando paseamos de a tres. ¿Ir al parque? ni de broma.
Sin embargo, puedo decir que D es el perro más noble que he conocido en mi vida; es protector; es inteligente y mañoso, aunque torpe de movimientos; tiene una mirada tierna, que nunca te deja obviar que vivió un tiempo en la calle y que lo que aprendió ahí, jamás lo olvidará. Hace un ruido muy raro cuando es momento de ponerle la correa, como un gemido, sinónimo de su emoción, y de un tiempo para acá hasta se tira de espaldas (antes no le gustaba) y le rasco la panza. En el Home Office se echa junto a mí, tan cerca que a veces no me doy cuenta y lo termino arrollando con la silla; sus canas son un constante recordatorio del paso del tiempo en nuestra relación y la inevitable necesidad de tener un elevador si la vivienda está en un piso alto, pues como buen futbolista, D ya se chingó la rodilla.
Con S la cosa es distinta, hay algo de misticismo. Nos conocimos unos meses después de que dejará ir a otro M, miembro canino de la familia que estuvo 16 años conmigo.
Siempre digo que fue amor instantáneo, en una época en la que yo estaba clavadísima con el "Adopta no Compres" me fui a topar con S no solo en una tienda, si no en una de las peores tiendas, pero ganó la conexión y doblegando hasta el máximo mis principios y creencias, la compré. No me arrepiento.
Para S no hay más, soy su mundo, a momentos admito que me asfixia un poco, si por ella fuera, viviría dentro de mi sudadera, en mi hombro, amarrada a mi pierna o lo que fuera con tal de sentirme cerca. Voy al baño, a la cocina, me sigue. Es mi sombra. Eso si, si hay una cobijita disponible, adiós, me sustituye por su calor, es el perro más friolento del mundo. Valiente, no la intimidan los Huskies y no se anda con mamadas; es selectiva, muy selectiva, no todas las personas ni los perros le caen bien. Le gusta comer su propia popo, no quiero ahondar en eso... y tienen una maldad juguetona en ella: me jala el cabello, me ladra, me manotea hasta que jugamos. Me entiende, puedo sentirlo, su presencia me reconforta en cada paso.
M llegó por oportunidad y un poco por necedad. Siempre pensaba que tener 3 perros ya era demasiado, pero vi a la camada en fotos- "Quiero uno", le dije a mi novia como mil veces. La convencí. Ella también lo quería. No la elegimos, es la que nos tocó, o sea ella nos eligió. Se llamaba Blue, pero le cambiamos el nombre. Queríamos que fuera nuestro perro, así que propuse un nombre que ella le gustara.
M me tomó la medida desde que nos conocimos, nunca he sido particularmente autoritaria con los perros, no me sale, me ponen ojos de bola y ya me rendí. M lo supo. La cosa con ella es que tiene mucha personalidad, tiene gestos, acciones que derepente hacen sentir que es un humanito que no habla, le digo que es un "enanito". Desde muy pequeñita le gusta dormir en mi cabeza o en mi cuello, primero a manera de bufanda completa, pero conforme ha ido creciendo - ¡y vaya que lo ha hecho!- ha tenido a migrar a poner solo su cabeza.
Así fue como surgió este post. Hoy en la madrugada M me despertó al poner su cabezota en mi cuello, después nos cansamos y la puso sobre mi cabeza, dormimos profundo. ¡Qué sensación tan agradable esta se saberse elegido!, su respiración-ronquido me relaja, me protege, y creo que a ella la mía.
Dice mi novia que es porque me ve como un "compañerito", como alguien de su manada... y yo espero que así sea, porque yo a ella la veo como parte de la mía.
1 Comments:
Con el gusto de conocer a tus 3, y al otro M también. Tan distintos y tan encantadores todos ellos. Es increíble ir descubriendo la personalidad única de cada uno y sus historias tan diferentes. Siempre han sido bien hermosos conmigo, hasta me perdonan que huelo a perro ajeno jajaja (a ver la próxima después de que K les hizo el feo). Son puro amor y tú una gran mamá perruna.
Publicar un comentario